Entrevista a Hach Ahmed, realizada por Antonio Navarro Amuedo y publicada en el diario NIUS.
En este impasse cumple un año de vida el Movimiento Saharauis por la Paz, un grupo formado por ex líderes del Polisario que denuncia el carácter “totalitario” y “radical” de la entidad independentista, y aboga por “dar un paso al frente” para tratar de desencallar la situación. “En abril del año pasado, un número elevado de cuadros altos y medios, civiles y militares nos vimos obligados a soltar amarras y crear el MSP como una fuerza independiente. Sus objetivos son insuflar en la sociedad saharaui la cultura de la pluralidad y acabar con el sistema totalitario de partido único”, asegura a NIUS Hach Ahmed Baricalla, uno de sus fundadores.
“En la actualidad la prioridad es contribuir a la solución pacífica del conflicto y cambiar el destino del pueblo saharaui tras cincuenta años de guerras y exilio. Creemos que no podemos seguir siendo ratones en medio de una pelea de elefantes, convidados de piedra, en el choque de intereses e influencias de potencias regionales rivales”, abunda este ex ministro del Frente Polisario, que atiende desde España a NIUS.
El MSP, que se postula como “tercera vía”, defiende el diálogo entre las autoridades independentistas y Marruecos, y en su manifiesto fundacional no obvia las “opciones a la libre determinación”. “Pese a las condiciones adversas hemos logrado instalar el movimiento y sus estructuras en importantes sectores de la población saharaui, tanto en el territorio como entre los saharauis presentes en los países vecinos. Pudimos abrirnos paso en las relaciones internacionales a través de la comunicación y el contacto con muchos gobiernos, instituciones y partidos políticos”, asevera, optimista, Baricalla.
Respecto de la cita en Nueva York de este miércoles, el ex líder del Polisario dice no “esperar nada”. “Nuestras esperanzas se las llevo el viento. Hace treinta años que la ONU aprobó un plan de paz, decreto un cese el fuego y desplegó un flamante contingente de cascos azules y el resultado es el que vemos. La ONU lleva más de treinta años atrapada en las arenas del Sáhara. Al final, más que facilitar el arreglo se ha convertido en un estorbo. Personalmente creo que podría ser más práctico y eficaz propiciar el diálogo directo, sin luces y taquígrafos o una mediación alternativa”, defiende.