Seis meses después de darse a conocer a través de su manifiesto fundacional, El Movimiento «Saharauis por la Paz» ha logrado implantarse en amplios sectores de la población tanto en el territorio del Sahara Occidental, como en los campamentos de refugiados de Tinduf, como en la diáspora y los países vecinos. Un gran impulso conoció la nueva organización política coincidiendo con los preparativos de su Primer Congreso y el despliegue de sus estructuras organizativas.
Numerosas reuniones, conferencias y seminarios se han organizado tanto sobre el terreno como por vía telemática para explicar los principios y objetivos del Movimiento y su proyección en tanto que referente político nuevo con capacidad de incidir positivamente en el curso de los acontecimientos.
La ocasión ha sido propicia para una avalancha de afiliaciones, especialmente entre sectores de la juventud y la mujer lo cual dejo patente el gran impacto y aceptación del proyecto en un momento histórico en el que crece el malestar hacia el Frente Polisario en razón a su modelo totalitario, su inadaptación a los nuevos tiempos y sus incontables errores en la gestión del proceso saharaui.
En un tiempo récord y condiciones adversas marcadas por el confinamiento mundial y la pandemia de covid 19, el MSP pudo abrir espacios considerables en la sociedad saharaui y ser aceptada como una organización democrática, abierta al dialogo, a los debates, a ideas y alternativas nuevas para salir del estancamiento actual. Por su pragmatismo y su moderación, así como su capacidad de insertar corrientes de opinión y sensibilidades diversas el MSP ha logrado consolidarse como la tan anhelada tercera vía, la que es capaz de vencer la frustración reinante y abrir el camino hacia la solución definitiva del problema del Sahara Occidental.
Entre los compromisos asumidos por el MSP con sus bases en ocasión del Congreso, destaca la defensa de los saharauis y la determinación de luchar por medios pacíficos para ejercer sus derechos políticos, sociales, económicos y culturales en el marco de la libre determinación.
El MSP promete desempeñar un papel de vanguardia en la construcción de una sociedad democrática libre de secuelas del subdesarrollo y promover el progreso y bienestar de la población. Asimismo, fomentar la cultura de la tolerancia, la solidaridad, la buena vecindad, la concordia y la justicia como claves para la paz y la seguridad en nuestro entorno geográfico. Por último, trabajar por la integración de los países y pueblos del Gran Magreb, contribuyendo a la convergencia en políticas destinadas a reducir la tensión, preservar la estabilidad y afianzar la integración económica
Como se sabe, desde 1991 la ONU auspicio diversos planes para hallar una solución pacífica, mutuamente aceptable y ajustada a las resoluciones internacionales, sin lograr, hasta ahora, progresos dignos de mención. Por el dossier desfilaron ya seis Secretarios Generales y una decena de mediadores, algunos de ellos de indiscutible prestigio y experiencia como James Baker, Ex Secretario de Estado de USA y el Ex presidente alemán, Horst Kohler. Antes, había intervenido la Organización Panafricana OUA, predecesora de la actual Unión Africana la cual, tras muchas cumbres, mini cumbres y comités de sabios, tiro también la toalla dándose por vencida.
El diagnostico no deja lugar a dudas. La cuestión del Sahara Occidental y las desgracias de su pueblo perdieron interés para las organizaciones internacionales. Con independencia del cansancio justificado o no de la Comunidad Internacional, lo cierto es que el pueblo saharaui, es la principal víctima de la parálisis del proceso de paz. No podemos olvidar que una parte importante de nuestro pueblo sobrevive y sufre desde hace 47 años en campamentos de refugiados en medio de la precariedad, las carencias y la privación de sus derechos más elementales. Otra parte vive en el territorio administrado por Marruecos pendiente de una solución definitiva que acabe con el ambiente de incertidumbre y de provisionalidad. Ha llegado la hora de que nos volquemos en fórmulas de solución realistas y viables que reunifiquen a nuestro pueblo y aseguren a cada saharaui el ejercicio de sus derechos y obligaciones como ciudadanos normales y no como parias.
En medio de estas circunstancias complejas y difíciles surgió el Movimiento Saharauis por la Paz (MSP) con la voluntad de devolver la ilusión y la esperanza a nuestro pueblo, sacarle del callejón sin salida y encaminarlo hacia un futuro mejor.
En coherencia con el compromiso del 22 de abril de 2020 y la determinación de propiciar y trabajar por una salida honorable y digna para nuestro pueblo, el MSP ha adoptado por unanimidad en su Congreso Constituyente una propuesta de solución política realista y viable del problema del Sahara Occidental que impulsaremos y defenderemos ante la opinión pública mundial y los organismos internacionales. Se trata de un formula basada en la creación de una entidad saharaui dotada de gobierno propio en condiciones de proporcionar y garantizar a los saharauis sus derechos políticos, sociales, económicos y que cumpla con los estándares de la libre determinación estipulados por las instancias internacionales. Dicha entidad se proveerá de un sistema político democrático y multipartidista articulado en torno a un ejecutivo, una asamblea legislativa y un poder judicial que por medio de un Estatuto Especial tenga nexos y relaciones particulares con el Reino de Marruecos. El Estatuto de la entidad deberá contener competencias y garantías suficientes para determinar el estatus definitivo del territorio. Ha de ser pactado por medio del dialogo directo o a través de una mediación internacional.
Como resolución trascendental de su Primer Congreso, los militantes y dirigentes del MSP hemos decidido articular este proyecto como un primer paso en la dirección correcta coincidiendo con un momento histórico especialmente delicado y crucial para la causa saharaui.
A los miembros de la dirección política del Polisario imploramos pues, no solo como colectivo sino individualmente a sumarse a la iniciativa y no desperdiciar esta ultima oportunidad.
Al Rey Mohamed VI nos dirigimos también para invocar la responsabilidad histórica de Marruecos y su compromiso con los intereses y esperanzas de los pueblos del Magreb. Llamamiento que extendemos a los gobiernos de Argelia y Mauritania para que se sumen a la dinámica y contribuyan a su feliz culminación. Asimismo, apelamos al Secretario General de la ONU y a los países integrantes del grupo de amigos del Sahara Occidental en el Consejo de Seguridad y muy particularmente España por su responsabilidad histórica para que, entre todos, alienten y refrenden esta nueva oportunidad para la paz y la estabilidad en el Noroeste Africano.
Los saharauis tienen derecho a pasar página, a soñar con un nuevo amanecer tras la larga noche del exilio, a superar los traumas y estigmas de la guerra, vivir y participar en los procesos de transformación y desarrollo de los países y pueblos del mundo. Los militantes y dirigentes del Movimiento estamos firmemente decididos a luchar con todas nuestras energías por hacer realidad este sueño. A nuestro pueblo llamamos para que, después de medio siglo, no se deje embaucar más por promesas ficticias y se movilice en torno al MSP en aras de lograr dichos objetivos definidos y por fin avanzar hacia un futuro prometedor.