La decisión del Gobierno de Ghana de retirar su reconocimiento a la Rasd pone de relieve el declive gradual del Polisario en África, su principal baluarte desde los años ochenta del siglo pasado.
A diferencia de los reveses sufridos hace pocas semanas en América Latina a raíz de decisiones similares de los gobiernos de Ecuador y Panamá, la retirada de reconocimiento por parte de Ghana, un país de gran influencia entre las naciones anglófonas del continente africano anticipa una inminente debacle diplomática en África, y lo que es más grave, la cada vez más probable exclusión de la Rasd de la Unión Africana, la madre de todas sus victorias.
Resulta preocupante que el Polisario en su condición de parte en el proceso político llevado a cabo por la ONU a través del Enviado Personal del Secretario General, Stefan de Mistura acuda con un balance tan negativo a la próxima mesa redonda recomendada por el Consejo de Seguridad.
Desde una posición de debilidad diplomática evidente sumada a otra no menos embarazosa en el terreno militar tras la vuelta a la vía armada en noviembre de 2020 el Polisario atraviesa, literalmente, una crisis sin precedente. El riesgo de un abandono masivo de sus filas y de una estampida humana de grandes dimensiones desde los campos de Tinduf forma parte de los escenarios previsibles.
Es el momento para los saharauis de buscar nuevas alternativas y liderazgos para salir de la incertidumbre y asegurar un futuro más prometedor. La movilización en torno al Movimiento Saharauis por la Paz ( MSP) puede ser el primer paso hacia la recuperación de la credibilidad y la fortaleza necesarias para enfrentar los desafíos actuales y lograr una solución política, sin vencidos ni vencedores, justa y duradera para el conflicto del Sáhara Occidental.
La nueva y pujante organización política saharaui que acaba de ser reconocida por la Internacional Socialista y no arrastra “leyendas negras” ni reveses en sus cuatro años de existencia ha quedado política y moralmente habilitada para participar en el proceso político. Pues, sería un gran infortunio que después de medio siglo de lucha, exilio y sufrimientos los saharauis tengan que pagar el precio de un proyecto fallido y ver desde la impotencia cómo el resultado de un hipotético acuerdo político forzado termine reflejando el descrédito, la debilidad y el estado de frustración y desánimo que hoy planea en las filas del Polisario el cual raya en la capitulación no anunciada.
El MSP que se ha implantado con fuerza en importantes sectores de sociedad saharaui y cuenta con el apoyo explícito de la Asamblea de Notables tribales ha de tomar las riendas del proceso negociador porque, hoy por hoy, es clave para evitar un desenlace marcado por la rendición y el desconcierto.
Comité del MSP para los medios de comunicación.
Madrid, 10 de enero de 2025.